Ir al contenido principal

Manuel Gutiérrez Nájera, poemas, cuentos y otros textos


Poemas, cuentos y otros textos de Manuel Gutiérrez Nájera

Retrato del escritor mexicano Manuel Gutiérrez Nájera


Poemas de Gutiérrez Nájera

A la Corregidora
A la virgen María
Al corazón de Jesús
Ama a prisa
A mi madre
A mi padre
A Salvador Díaz Mirón
A un triste
Carta abierta
De blanco
Dios
Efímeras
El primer capítulo
En el hogar 
En un abanico
Frente a frente
Hojas secas
Invitación al amor
La cruz
La duquesa Job
La misa de las flores
La serenata de Schubert
Las mariposas
Madre naturaleza
María
Mis enlutadas
Non omnis moriar
Ondas muertas
Para el álbum
Para entonces
Para un corpiño
Para un menú
Pax animae
Por la ventana
Resucitarán
¿Sabes lo que es un suspiro?
Siempre a ti
Si tú murieras



Obra narrativa de Manuel Gutiérrez Nájera

La mañana de San Juan



La obra del escritor mexicano Manuel Gutiérrez Nájera está disponible en Amazon para su compra en línea:


Obras de Manuel Gutiérrez Nájera, editadas y publicadas por el FCE




 Biblioteca de Autores Mexicanos (BAM)  |  Inicio  |  Contacto 


Puedes conocer más sobre la vida, la obra y el contexto del autor en la página de Manuel Gutiérrez Nájera en Wikipedia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

A mi madre, Manuel Gutiérrez Nájera

Manuel Gutiérrez Nájera A MI MADRE ¡Madre, madre, si supieras  cuántas sombras de tristeza                                     tengo aquí!  Si me oyeras y si vieras  esta lucha que ya empieza                                    para mí. Tú me has dicho que al que llora  Dios más ama; que es sublime                                      consolar: ven entonces, madre, y ora;  si la fe siempre redime,                                      ven a orar. De tus hijos el que menos  tu cariño merecía                                     soy quizás;  pero al ver cual sufro y peno has de amarme, madre mía,                                      mucho más. ¡Te amo tanto! Con tus manos  quiero a veces estas sienes                                        apretar! Ya no quiero sueños vanos:  ven, oh madre, que si vienes                                     vuelvo a amar. Sólo, madre, tu cariño,  nunca, nunca, se ha apagado            

A mi padre, Manuel Gutiérrez Nájera

Manuel Gutiérrez Nájera A MI PADRE Padre: en las recias luchas de la vida, cuando mi pobre voluntad flaquea ¿quién, sino tú, me alienta en la caída? ¿quién, sino tú, me ayuda en la pelea? Todo es mentira y falsedad y dolo, todo en la sombra por la espalda hiere; sólo tu amor, oh padre, tu amor sólo no tiene engaño, ni doblez, ni muere. En mi conciencia tu palabra escucho, conmigo siempre por doquier caminas; gozas si gozo; cuando sufro mucho, sin que yo te lo diga, lo adivinas. Ay ¿qué fuera de mí sin tu consuelo? ¡En este mundo mi ventura, oh, padre, consiste sólo en aspirar al cielo, tu dulce amor y el de mi santa madre! 1877 Manuel Gutiérrez Nájera La obra del escritor mexicano Manuel Gutiérrez Nájera está  disponible en Amazon  para su  compra en línea . Más de Gutiérrez Nájera    |    Biblioteca de Autores Mexicanos (BAM)    |     Inicio    |     Contacto Puedes conocer más sobre la vida, la obra y el contexto del autor en la página de  Manue

En el hogar, Manuel Gutiérrez Nájera

Manuel Gutiérrez Nájera EN EL HOGAR Hay bajo el techo de mi hogar tranquilo,  donde nunca penetra la tristeza,  un ángel de virtud cuya cabeza  la nieve de los años coronó:  él es el astro que mi vida alumbra,  él es el tronco que me presta arrimo,  él es el árbol cuyo fruto opimo  mi inteligencia en la niñez nutrió.  Son blancos sus cabellos y parecen  espejo de su límpida conciencia,  su mirada revela la clemencia  y sus labios se entreabren para orar.  Si él está allí, serénanse las penas  y vuelve al pecho la amorosa calma;  si él está allí, no hay dicha para el alma  como la dicha santa del hogar.  Hay tanta mansedumbre en su semblante  y es tan santa y tan pura su enseñanza  que renace en el pecho la esperanza  sus frases apacibles al oír.  Nunca el enojo con severo ceño  turba su frente de quietud tranquila,  y parece que guarda su pupila  el lontananza azul del porvenir.  Son sus consejos el timón seguro  que dirige